St. Paul's Chapel
Se ha convertido en lugar de culto, después de los terribles atentados del 11 de septiembre, en una de las visitas obligadas en la ciudad de Nueva York. Abierta en el año 1766, ya en 1776 se salvó de su primera amenaza, un incendio que arrasó Manhattan y destruyó más de 500 edificios. Sant Paul se salvó esta vez gracias a la intervención de los ciudadanos que durante toda la noche, y acarreando agua desde el río Hudson, la arrojaron sobre el edificio para que este no acabase siendo pasto de las llamas.