Grand Central Terminal
Esta joya arquitectónica estuvo muy cerca de desaparecer; no sería la primera que correría tal suerte en Nueva York. En la década de los 1960 se iba a demoler cuando un grupo de personas, al frente de los cuales se encontraba Jacqueline Kennedy Onasis, efectuaron una campaña para proteger la terminal. Años más tarde, en 1983, se logró que fuera inscrita en los Registros Nacionales de Lugares Históricos. Es la estación de trenes más grande en el mundo en número de andenes 44, con 67 vías a lo largo de la estación. Hay dos niveles, ambos subterráneos, con 41 vías en el nivel superior y 26 en el nivel inferior. Cuando la nueva estación del Ferrocarril de Long Island sea abierta bajo los niveles existentes la estación Grand Central dispondrá de un total 75 vías y 48 andenes.